Gustavo Garcia

Amoríos II - Inspiración LVIII

Veía cómo un ave escapaba

de una imaginaria sorpresa.

Y a ti ya no te veía acercando,

ni tu cálida sonrisa que todo lo tenía;

y mi alma de mi cuerpo,

sentía que se iba.

No se fue.

Pero de mi corazón lágrimas sí.

...

Recuerdo que mi alma,

tras un sueño ésta corría;

pero siempre tú la detenías

creyendo que te dejaría

sin saberlo todavía

que tú eras el sueño;

y que a ti te perseguía.

...

Canto yo ahora

los romances ya pasados

y momentos recordados

en instantes a solas.

 

Veía cómo un ave escapaba

de una imaginaria sorpresa.

Y también a ti más lejos te veía...