Unas ventanas
huérfanas de fiestas,
lloran la ausencia
de gritos presumidos,
seguirán abiertas ,
mirando perezosas
como pasa el tiempo.
Aun quedan restos
de amores pasados,
se alzan entre los restos
de un viejo harem metálico,
dejando muestras
de lo que fueron,
coléricos gritos
de Fiestas paganas.
Se paso de moda
el despertar temprano,
desordenadas cocheras,
ocupan un lugar
en el gallinero,
en lo alto,
un ejército de antenas,
se apoderan
de los tejados.
Mañana ,
con los pies
colgando de la cama ,
echare de menos,
al presumido
que tanto maldije ,
el mismo
que tanto añoro.