huertero

En un vĂ³rtice la mecedora se inquieta al verme...

Desprevenidos remolinos amalgaman

a mis dedos lodo envejecido.

De un tiempo a esta parte despierto

a oscura oliendo a carne

sin la subordinada carne.

Recuerdo que daban

tonos rojizos mis amaneceres

que las distancias

la mantenían mis ojos.

La bruma choca siluetas

desde este punto equidistante a ti

El rompeolas derrite la noche

tanto amor es insoportable.

Nubes y la locura de conducir

la tormenta al mar.

Mirando al firmamento como pasan

las luciérnagas supersónicas.

La mecedora se inquieta al verme.