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25/07/2003 8:36
Terruño.
Montañas agrestes de picos desnudos.
Musicalizan tu ambiente, con tus trampas de tigre,
Tus aguas de Santa Ana, bañan tus ríos.
Que mis abuelos de temple te cuidan.
Tus frutos frescos del Palo,
te llegan a tu sabatina mesa,
el tamboreó de tus veredas,
aromas de café, en las tardes se sienten.
Tu imagen de virgen en tus festividades,
con pólvora y flores te enaltecen.
Tus peregrinos se enamoran de tu magia,
de tu encanto, con tus torres.
Vientos alegres se abren en tus ventanas,
y los desvelos de tu gente se sienten,
curiosos de tus veredas llegan,
arriaos por tu hermosura innata.
Tus vientos monzones del Cauca suben,
refrescan el rostro de tus lindas mujeres.
De Sonson te coquetean,
como si fueran tus creadores.
Las carcajadas de tu Olimpo se sienten,
deidades musicales de sus hojas verdes saca.
Eres la Diosa de tus hijos,
que en tu corazón te llevan.
En sus noches bohemias,
con música carrilera te recuerdan.
Cuando de mi pueblo hablan,
en éxtasis el cielo queda.
Las estrellas se paralizan,
Cuando a gritos la alegría de tu gente se escucha,
desde la casa de los Niguateros hasta el Olimpo,
se escuchan, como si fueran ráfagas de vientos.
La inmortalidad de tu gente y su ingenio,
hasta volcán en tus montañas tienen.
De pueblo en pueblo pregonan,
que tus noches son tan largas
y los amaneceres son tan cortos.
Llegan desde lejos tus hijos,
con su mirada recorren el Cauca,
a tu entrada en el puente se santiguan,
soñando que regresan a tierra santa