La nieve que convirtió la tristeza
opaca, sin escrúpulos,
tajante sin ningún lado,
sin la leve brisa del campo
que nacía en las praderas profundas de la conciencia,
ella que se nutria con la fuerza de un catarata
nieva profundo en los parpados caídos,
en las esporas que el corazón ataja,
nunca los ojos sumaron ataduras,
¡tápense ojos!
ráfaga de nostalgia
el cielo diluvia…
viento se un parpado capaz de aguantar
los copos de tristeza
vamos aliento
sé el viento
distante de la boca
y del silencio…
Yo creo que he de estar loco,
toco con un cubierto al infierno helado y oscuro,
como llevarme a la boca un helado,
en silencio,
lo seguiremos,
claro nuestra vida no puede estar sin dolor,
llegaremos a las vidas lejanas
que nos aguardan
como el mar que atraviesa
la delgada línea de una isla,
naufrago de un alma perdida…
la noche sube la escalera de la soledad
en su amplia guarida sideral,
quisiera ser ella,
dueña de todos los mundos
vacios como ella,
yo sigo la noche como presas a una diminuta luz
y su destino incierto en las tinieblas,
subo las escaleras al vacio
y me uno a las estrellas esclavas de los ojos,
¡oh soledad eres un espacio vacío!...