Benjamín

Árbol de otoño

En otoño vino a mí
una flor de primavera
con una brisa nueva
en la mirada
y pétalos de rosa
en sus mejillas
como color
de mis anhelos.
 
Me miro en el enigma
de sus ojos negros
como ebrio soñador
en la copa de quimera.
 
Sueño con sus labios
que calman mi impaciencia
en el carmín de la espera
y bajo el suave paso
de su pie
se rompen hojas secas
como susurro de amor
en luna llena.
 
¡ Qué lento ritmo de paso
hace el vaivén en sus caderas,
mientras el aire amable
viene agitar
su tersa cabellera!
 
Morir en la seda de su piel
es no llegar a despertar
hasta sentir la aurora
de sus manos tiernas.
 
Como ilusión de un cálido verano
hacia una floración de otoño,
así quiero que viva siempre
la flor de primavera
que vino a mí
con una brisa nueva.