MariaJose Uparella

60 versos en su nombre

Tus caricias son acordes,
perfecta sinfonía 
que cuando mi cuerpo recorres
crean tan sutil melodía.

Mi piel no es más que un lienzo
para que tu cariño pintes.
Es tanto lo que te pienso
que en cada recuerdo existes.

Resides en mi memoria
intangible, indestructible.
Has plasmado en mí una historia 
y olvidarla es imposible.

Te quiero porque eres mi amigo
mi complice, mi todo,
incluso mi enemigo
si lo vemos de ese modo 

Tanto así que es por tí
que en ocasiones he llorado,
ya sea por rabia o decepción
más de una lágrima te he dedicado

Lo cual no es motivo para pensar
que mi cariño por ti disminuye,
pues el amor a los errores
en ningún momento los excluye 

Sin embargo hoy te digo
que mis equivocaciones y las tuyas
para madurar nos han servido
y para amarnos más, por si las dudas.

Estar a tu lado es
olvidarse de dolores
vestirme de sonrisas
y pintarlas de colores

No existe eternidad
lo tengo claro y presente,
aún así espero
para ti no estar ausente

Y si acaso llega un día
en que ya no exista magia
sino un amor cansado
cubierto de nostalgia 

Nos diremos adiós
con el corazón arrugado 
dejando atrás
un sentimiento desgastado.

En tu nuevo camino
alguien más encontrarás,
pero me atrevo a afirmar
con total seguridad

Que nadie llegará a amarte
con tal frenesí
como esta niña caprichosa,
soberbia y orgullosa

A quien nadie más le ha inspirado
ráfagas de ternura,
con las que te ha amado
de la manera más pura

La misma que hoy te escribe
con amor ferviente
estas tontas líneas
sin esfuerzo evidente.