ALVARO J. MARQUEZ

CUANDO EL DESTINO GOLPEA...

"De tanto extrañarte pude entender/ que el mal tiempo y mi tristeza se pueden comparar./ Ahora mismo no sé si va a llover/ o es que voy a llorar".


Sabes que he sido siempre un hombre de fe

y la mía no es de ésas que se tambalean,

pero hoy me hiciste temblar, me pregunté

algunas cosas para las que no tengo respuesta.

Sabes que creo en Ti y que nada me cuesta

creer en tus cosas aunque a simple vista no se vean.

 

Es una gran mentira eso de que no se ven,

soy yo en días como hoy que me vuelvo ciego,

ciego y hasta podría ser muy sordo también,

en días como hoy que se me pierde la calma,

pero suelo escuchar tus sonidos, tu voz en mi alma

y es lo que mantiene mi fe, no te lo niego.

 

Pero hoy, justo hoy, qué duro me golpeaste,

con los golpes bajos que suele dar la muerte.

El corazón destrozado como nunca me dejaste

y triste como jamás antes me sentí...

y sin embargo, con mi tristeza, ni así me atreví

a renegar y a maldecir mi suerte.

 

Pero sabes que estoy en verdad deshecho

y siento que se justifican hoy mis enojos,

tengo un dolor aquí, atrapado en mi pecho

y su recuerdo fijo en mi mente...

Sin duda alguna la fuente

de las lágrimas que brotan de mis ojos.

 

¿Por qué ese golpe tan fuerte, tan descomunal?

¿Cómo hacemos para tus designios entender?

Te digo que sigo creyendo en Ti igual

pero el golpe mucho lo estoy acusando,

perdona si parece que estoy reclamando,

pero es que no sé cosas y necesito saber.

 

No he dejado de llorar hoy...

Sé que hay la esperanza de volver a verla,

pero es que a veces tan paciente no soy

y de magia no me has querido dotar,

porque al menos así podría adivinar

que llegaba el momento de perderla.

 

Pero no y resultó ser una ingrata sorpresa

saber que en mi mismo plano ya no está...

Hoy no tengo resistencia para tanta tristeza,

Tú eres Dios, yo sólo un simple mortal

y si la vida me trata de pronto tan mal

ten por seguro que algo en mí se quejará.

 

No, no soy un malcriado, habla mi dolor,

que es de esos dolores profundos que dejan huella,

supongo que mañana me sentiré mejor

y mi fe seguirá igual de sólida, en mi alma, aquí...

y con la eternidad con que te recuerdo a Ti

también la recordaré por siempre a ella.