Amigo mío, que de mí hoy te apartas,
vengo a acompañarte en tu partida.
¡Quién lo iba a pensar, que ésta tan rápido llegaría!
Tan sólo hace unos días reíamos y corríamos,
jugando a la ere, al escondite y al carnaval, ¿te acuerdas?
cómo llenábamos bombitas de agua
y en ellas derroche de alegría...
Cuántas veces hablamos del amor,
de la amistad y hasta de la muerte.
Cuántas veces nos sentamos a conversar de nuestros sueños…
Pero hoy, tan sólo los suspiros…
y los recuerdos me llenan de ti…
¡No sabes cuánto me duele verte partir!
¡Cuánto daría por un minuto más junto a ti!
Me queda estampada en mi alma tu sonrisa, tu beso,
y en mi piel, el calor de tu mano cuando tomaba la mía,
para bailar nuestra canción preferida.
Me queda tu entusiasmo de joven alzando vuelo…
Hoy partirán los sueños huérfanos,
que hilados se quedaron en el vacío,
esos de compartir más contigo.
Tengo el sabor amargo de sonrisas
y alegrías esperanzadas por vivir a tu lado.
Vengo a llorar tu partida, lo siento, pero me duele y lloro…
De ese viaje no regresarás jamás,
y yo acá sola me he quedado,
mi mochila cargada de sueños y anhelos te la entrego,
llévatela, yo no la quiero, contigo estará mejor;
tú quizás, al lado de mi Señor, sabrás qué hacer con ella,
y en el más allá, algún día volvamos a reunirnos,
y de esto tal vez reiremos…
Te veo partir, alejarte de mí,
y triste estoy porque ya alzas vuelo.
Lo siento, ese vehículo en el que te montas no me gusta para nada,
¡Y es que con él no puedo mirar al cielo!
…¡me toca mirar al suelo!
porque hoy amigo mío, hoy te pierdo…hoy es tu entierro.
Lis