nelida anderson parini

DE TARDE LLEGARÍA AQUEL QUE TANTO AMÓ

Llegaste aquella tarde

de horas intangibles.

Floreaban los cerezos

abiertos al amor,

quizás mi ser cobarde

palabras inaudibles;

festejando regresos

jamás las pronunció.

El atrio atestiguaba

momentos de esplendor.

Mis besos agrupaba

en tiempos coloridos,

de anhelos extinguidos

el alma floreció.

Las manos apuñadas

esperanzas captaba

abrazando el amor.

Veloces los olvidos

vinieron a buscarme;

tratado de cargarme

en ancas de ilusión,

mil sueños comprimidos

no alcanzan a bastarme;

tan solo con mirarte

mi corazón latió.

Suspiran afligidas

historias del pasado,

secreto resguardado

que nadie conoció…

Las horas transcurridas

me miran asustadas,

están desconcertadas

con lo que sucedió…

Volviendo a recordarte

se agitaron tristezas,

recuerdos de asperezas

 que un día gris dejó.

Volviste aquella tarde

sembrada de alegrías;

plañendo en emociones

bañada en ilusiones

la piel se estremeció.

Sonriendo sin alarde

anuncia sus perdones;

sin importar razones

el corazón saltó.

Brotado en fantasías

exclama bendiciones

la tarde devolvía,

a aquel que un día partió.

Antiguas geografías

reviven tentaciones,

así sin precauciones

de nuevo atardeció.

Un mundo de ilusiones

rezuma algarabía,

de tarde llegaría

aquel que tanto amó…