Marcelo Alvaro

Despedida

Niña hermosa

Libro sagrado
Poesía inmaculada
Quiero sosegar tu turbulento ímpetu
sucumbir ante tus peticiones
ser un chacra mas en tu cuerpo
sumergirme en tu psique
y abastecer de fluido cósmico tus noches soñolientas

 

Musa infinita

princesa de alabastro

si no te escribo yo

¿Quién mas lo hará?

Déjame volver a enamorarte

Quiero volver a ser en ti eso que nunca llegue a ser

Sentirme puro

Y triste, triste de alegría e incertidumbre

 

Amor

Espejo roto en mi alma

Manifiestas las formas básicas de la geometría sagrada

De maneras tan exóticas

Que no alcanzo a discernir, siquiera

Que tan loco me encuentro, ahora que te conozco

 

No seas una paradoja mas de la que tenga que preocuparme

Me basta con divagar entre la filosofía y el misticismo

Pero... mírame

Por favor

De vez en cuando, mírame

Acepto que ya no me necesites

Acepto que me hayas sido fugaz

Y no me hables, si asi lo deseas

Pero mírame, para variar

Así podre hablarte mas de lo que puedo

Así tal vez apacigüe este silencio caótico

Todo lo soporto

Todo lo soporto, menos que no me regales tus ojos de vez en cuando

 

Niña hermosa

Libro sagrado

Poesía inmaculada

Haz de tu vida lo que quieras

Sigue tu vaivén, cual río turbulento

Yo solo te observare

En estos pocos meses tristes que me quedan

Yo…

Yo solo te querré

Locamente

Felizmente, verte tristemente ajena

¿Sabes algo?

Me encantas