La profundidad de mi alma se pierde a lo lejos del sol naciente.
La oscuridad de tus ojos cohíbe mi soledad, la inmensidad de tu maldad no tiene límites sin importar el desgarramiento del corazón por completo.
Mil y unas veces te recorrí,
A pesar de las caídas en el camino, mi esperanza nunca se volatizó.
La escoria de la depresión invade mi cuerpo, alma y ser
A lo ancho y corto de mi tiempo de vida que me queda.
Tu silencio, a lo lejos se desvanece dando el último suspiro de aliento,
Dejando un eslabón de dudas y confusión.
Te quise como siempre.
Te amé como nunca.
Al olvidarte, mi corazón penetro en tu alma llevando
Lo que más amé en la vida, quedándose con recuerdos,
Recuerdos que me convierte en un suicida al saber que tienes un viaje
Sin retorno.
Te vas sin antes haber probado el amor que te serví con tanto
Esmero e ilusión.
Esta es mi última carta, dando los últimos suspiros de agonía en cada estrofa,
Estrofas que fueron escritas con cada uno de mis llantos del corazón.
Tal vez no me halles más en este mundo,
Solo recuerda que en mi lecho de muerte,
Tu imagen dibujé en el universo infinito,
Quedando inmortalizado así un amor sin gloria
Y con el dolor a la deriva.