Eugenio Sánchez

HILANDERA

 

Oh mujer que con tus diestras manos

conviertes a   la lana en finos hilos 

y tu huso va girando sin parar

como gira la ruleta del destino,

como gira  un torbellino en alta mar,

como gira la tierra en torno al sol. 

 

En tu falda la lana está extendida

con destreza  tus dedos la escarmenan  

separando  espinas  y semillas

de cadillos ortigas y punaces

que el carnero travieso recogió

del potrero y la cerca  en su andar

 

Hilandera hija de  Mama Ocllo
heredera de mi raza ancestral,

es tu copo de lana tu bandera,

que baila al son de la canción del viento

cual emblema flamea victoriosa

en el mástil de tu noble corazón.

  

Hilandera que en las heladas punas

con tu rueca a la cintura  vas hilando

y en tu quipe cargas el fruto de tu  amor,

vas cantándole  canciones infantiles

mientras que pastoreas  tu rebaño

en hermosos y verdes pajonales. 

 

Hilandera huraña y solitaria

¿qué sería sin ti, qué sería?

Sin el  costal, el poncho, la frazada

 el  pañolón , el rebozo, la talega

 la faja, la  alforja fiambrera

y la llurimpa que abriga tus caderas.

 

Al contemplar el cielo por las noches,

te veo con tu rueca y tu piruro,

¿para quién hilas mujercita hilandera?

Ah,  es para el poncho sagrado  del Señor,

de la mano de un ángel estás  hilando  tramas

 de blancos copos de nubes pasajeras.

 

 

 

 

José Eugenio Sánchez Bacilio  (jesbac)