PETALOS DE NOCHE

Cuando levitan las lágrimas... Lágrimas metálicas...

 

 



 

Y a ella la amo...


Y es necesario repetirlo,
reiterarlo más de una vez,
es necesario

conjugar el verbo de tu boca
negando la expresividad
acotada en un beso

separando silabas,
en la  f u g a c i d a d 
d e  t u  n o m b r e.

Tan necesariamente recordarte;
para no ser huella borrada al olvido;
sintiéndote cada vez más cerca. 


Y a ella la amo... 


Aunque me cueste la razón de la expresividad ,
los teoremas del holocausto interno
tan sólo en la soledad de recordarte... pensarte...

...La lógica se des membrana,
extremidades pierden el sentido,
caminar es tocar la sangre,
tocar es caminar el dolor

le mente evoluciona, ya caer no es caer ,
olvidarte es olvidarme,

y mirarte es gritar el silencio,

gritar es mirarte la soledad

... las conexiones se pierden ...

nos perdemos en la controversia

de buscarle una explicación
a la lógica del destino,

cruel al unirnos

al separar tu boca de mi sed,
cruel a borrarnos la cara... el rostro... 


Y a ella la amo...


De pie en frente a la estación,
mirando el reloj del pecho
la espera de esperar la distancia
sin encontrar respuesta a las sombras

-pasan y pasan-
se re-tuercen, deforman el olor a cigarrillo,
tapizan de colores mi agonía,
del ocre al gris de esperar;
morir en la espera,
momentáneamente siempre
suicidar la mirada,
hasta borrarla,
dejarla perdida
-pérdida-

... el retrato de tu voz 
humedece mis párpados,
trenes pasan;
recorren el tiempo,
rieles en mi garganta
ácida la forma de morir,
encontrando una sombra
entre tanta oscuridad
para deshojarme
la sed de seguirte
cuando más me olvidas

en la página arrancada de mi piel...


Y ella me amo y...


El metal desgarra el sonido
claustrofóbico en la voz,

la oxida forma de pintar la sangre

escarlata al encontrar mi boca
en la metáfora tuya de, decir adiós,

entre tanta oscuridad,

la silueta se pierde,

pérdida de mis pies,

a través de la garganta del tren,

el tiempo arranca el arte de los detalles,
todo se nubla-
tu forma de quererme,
de amarme,
de pensar
más allá
de
un
propio
pensamiento,

cuando nos forjamos
en la velocidad de perdernos,

el tren en movimiento se lleva tu rostro;
en la profundidad del túnel,
todo se tuerce-

nos torcemos al amarnos,

acabando con la física,
dejamos perecer recuerdo,
tan agonizante palabras,

a tal bullicio de la lluvia fuera,
entre tanta gente,
pisadas al ritmo de los latidos,
sentimos nuestros pies
perderse entre tanta oscuridad,

y llueve dentro de la estación,

el metal se oxida,


la sangre en tus pies,

el dolor en la garganta,

un nudo en la tráquea,
para decirte adiós

mil puntos suspensivos para recuperar el habla,
silencios matizan lágrimas,

se evaporan..., la velocidad de perderte,
al túnel del silencio, en la soledad de esperarme,

cuando levitan las lágrimas, el cielo cae al pavimento metálico,
oxidando el punto de nuestra boca con el amanecer;
páginas de libros en tu mirada, hojas ocre en mi oscuridad,

sintiendo la muerte en el reloj de mi pecho,
cual dolor sentir las costillas clavarse
apretando la vida del corazón,
cuando escuchó la lluvia 
de tus manos alcanzando el tren...



-Y mi voz, mi voz, tan solo dibuja lágrimas metálicas

imaginando tus pasos detenerse en mi espera,
mirando mi huella escrita en la velocidad
de esperarte; aunque las sombras
terminen por arrancar mi rostro,
tildando mi expresión en oscuridad...-