Caminando sin buscar
tropecé con tu historia
la tomé entre mis manos,
comencé a leerla.
Me cautivó la pasión
con que te entregas a lo que amas,
la tempestad en tu mirada,
la serenidad en tus palabras.
Al seguir recorriendo tus páginas
descubro que dejas un espacio
donde puedo habitar por siempre
que tus brazos pueden ser mi hogar
y hacia ellos voy despacio.
Me interno en el valle que hay en tus ojos
pero no tengo miedo
porque ya no camino sin rumbo
porque ahora eres mi mundo.