nelida anderson parini

TU BOCA, MANANTIAL DE VIDA.

Desierta quedo mi boca

de tantos besos perdidos

como sueños esparcidos

el corazón los evoca.

Un suave aliento provoca

iluminados recuerdos,

locos de amor, quizás cuerdos,

todos los besos gastamos…

Hasta el alma nos besamos

en tiempos de amores lerdos.

 

Hoy mi boca está vacía

sedienta de aquellos besos

que como niños traviesos

derraman su algarabía.

Tus besos son mi alegría

 pozo que irriga mi fuente,

la ilusión de mi presente

en el alma primavera,

la esperanza venidera

del sentimiento torrente.

 

 

Un canto del pensamiento

de intensidades sedosas

como pétalos de rosas

suavidades en mi aliento.

Besos de miel, alimento

con sabor azucarado,

un suspiro condensado

aclarando la sonrisa,

que en las alas de la brisa

se el entrega al ser amado.

 

Labio desnudo y desierto

de soledades bañado

anhelante y desecado

sin tu boca yace muerto.

En reseco desconcierto

carnosidades consume,

con vaporoso perfume

va humedeciendo sus ansias,

acariciando fragancias

en sus carencias se sume.

 

Labios de amor florecidos

en desolado desierto

con el sentimiento abierto

clama besos renacidos.

A sabores preferidos

el paladar los convoca

y en sus néctares coloca

un antídoto de espera,

pues no es un beso cualquiera

el que apetece su boca…

 

Dulzuras del sentimiento

empapan de amor el alma

humedecido de calma

el corazón late al viento.

Palpita un presentimiento

en refrescante visión,

reverdece la ilusión

de alegrías abundantes.

Entre besos reflectantes

renace el labio en fruición.