Philip Ray

Mátame.

Déjame beber del café de tus ojos

y encender un cigarrillo con el rojo de tus labios;

invítame a comer del suave de tus muslos

y después a sumergirme en el río de tus manos.

 

Voy a perderme en la oscuridad de tu cabello

y a encontrarme al borde de tu pecho extasiado;

quiero entrar en lo más profundo de tus anhelos

y terminar del néctar de tu cuerpo empapado.

 

Inyéctame una dosis de la miel de tu sonrisa

y dibújame a la orilla de tus ojos dilatados;

marca mi alma con un tierno beso de cereza,

no dejes ni un espacio sin la huella de tus labios.

 

Deja que mi piel se derrita como cera,

y si quieres luego mátame... pero quédate a mi lado.