Andres Zaabat

Observador

Un abatimiento de todas las cosas

Un constante dejarse llevar por las circunstancias

Como una balsa a la deriva entre las estrellas

Una completa disposición al universo

Y que haga conmigo lo que sea.

 

Esta conciencia

Que no es sino dibujante de una ilusión que no existe

Logra confundirme sintiendome real

Y me parece conocerme verazmente

Pero como quien se mira en el espejo

Con esta conciencia mía

No veo más que la impresión mía

Que de mí mismo tengo.

 

Y comprendo

En un momento de absoluta lucidez

Que no sé quien soy

Y que es un absurdo

Querer saber quien soy.

 

¿Y esa lucidez será algo de mí?

Entonces veo a los ojos a las gentes

Y trato de absorverme en su mirada,

Pero en ella -hasta en el ser más amado-

Sólo encuentro la mentira

El desvelamiento de las cosas

La ausencia de la ilusión

Dos esferas de agua y carne

Que eran puerta al lugar

Donde sólo existe la ausencia del alma.

 

Entonces entiendo

Más allá de mí

Como alguien que entendiera por mí

Aquella paradoja de ventana de autobus

Que estamos en un tiempo en que se cree

Que creer es un absurdo.