Hugo Emilio Ocanto

Rosas rojas para mi esposa

Abro la puerta de calle

y atiendo. Me entregan

un ramo de rosas rojas.

Firmo. Tras de mí,

el viento golpea

y la puerta sola

se cierra.

Dejo las flores

sobre chimenea,

la cual está encendida.

Es un crudo día invernal.

Intrigado y curiosamente,

leo la tarjeta:

"Para tí, con todo mi amor."

No dice quién las envía.

Mi esposa no sabe

aún que yo

no he salido

de viaje. Lo cancelé

hasta la próxima semana.

Para ella hoy yo

no estaría en casa.

Hace un par de horas

ella salió. Lita hoy

no ha venido a trabajar,

nuestra empleada.

Justamente he sido yo

el que ha recibido

las flores que su amante

ha enviado a mi mujer.

Menuda sorpresa

se llevará cuando vuelva.

Encontrarme en casa,

segura de que me

fuí de viaje.

Sospecho quién se las envió.

Aquí llega...

--¡Hugo!... ¿No has viajado?

--Ya lo vés, no.

Cancelé mi viaje.

Quise avisarte, pero he

querido darte una sorpresa.

Pero la sorpresa me

la he llevado yo.

Tu amante te ha enviado

estas rosas.

--¿Mi amante?...

--No te las he enviado yo.

--Escúchame... yo...

-- Sí, te escucho, soy

todo oídos... adelante.

--Oh, mi vida...

--¿Tu vida? ¿Soy tu vida?

¿Y él, también es tu vida...

o tu amor?...

--Hugo... tengo que explicarte...

es un amigo...que me envía estas

flores por mi pasado cumpleaños...

--Vós debés pensar que

soy un idiota...

¿Con este texto te

manda tu amigo

unas flores?

¿No sabe acaso que eres una

mujer casada?

--Sí, lo sabe, pero

pensó que tú no estabas...

--¡Claro! Y aprovechó

la ocasión para enviártelas

y después... se iba a encamar

contigo en nuestro lecho...

¡Bravo! ¡Aplausos para

la decente señora

de Hugo!...

¡El cornudo Hugo!...

--¡No digas eso!

--¿No es la verdad acaso?

¿Cuánto tiempo hace

que soy el ciego

marido engañado?

--Es un ex amigo

de la Facultad.

Hace un mes nos

encontramos de casualidad

en el subte y...

¡Por favor! Hugo... perdóname...

--¡Perdonarte!... ¿Acaso me

perdonaste tú cuando

hace dos años también

te fuí infiel?...

--Sí, te perdoné, es

por eso que estamos juntos...

--Y me devolviste la infidelidad...

--Sólo es una atracción...

--¿Física?...¿Te satisface

más que yo en la cama?

--No hables así...

--¿Querés que sea más explícito?

--¡No Hugo, no!... Te pido

perdón...

¡Claro, cómo no te voy

a perdonar...!

Por supuesto que sí,

Hugo el cornudo

acepta tu infidelidad...

¡Toma esas flores!...

--¿Para qué?

--¡Toma esas flores

y arrójalas al fuego!

--¡No! Déjame quedarme

con ellas... ¿Te acuerdas

cuando tú me enviabas

rosas rojas en nuestros

aniversarios?... Ahora

ya hace dos años que

no lo haces...

--¡Por eso es que te haces

mandar rosas rojas por

tu amante!...

Porque yo ya no

lo hago...

¡Soy una basura!...

¡Los dos somos una

basura!

Te he sido infiel...

me eres infiel...

¡Viva la infidelidad!...

--¡Basta Hugo!...

-- Sí, basta... En este

mismo momento,

arroja las flores

al fuego...

--¡Hugo!...

--¡Arroja las flores ya!...

--Está bien...

--Mira cómo arden,

cómo se extinguen...

como nuestro amor...

Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto-01/08/2012)