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CUANTO duele la SOLEDAD de mi CUERPO

... Y aunque la verdad, no fue tu verdad, por mi verdad, descrita, algo has de saber, la mentira dolió, si que dolió en el corazón ...





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CUANTO duele la SOLEDAD de mi CUERPO:



Cuanto duele la soledad de mi cuerpo, envidiando del silencio que guarda las buenas noches vividas para los enamorados, añorando con llanto de ausencia tu presencia para que con tus suaves manos apartes de mi rostro esas lágrimas de olvido que no han cesado desde tu partida, reflejando por el alma en mis entristecidos ojos todo el dolor que padece mi corazón cada amanecer al despertar, al no poder amar latientemente como otros lo hacen, sintiéndose amado sinceramente sobre tu anhelado y bien recordado pecho desnudo, sin parecerme a un niño que desconsolado espera desesperado que lo notes en su rincón abandonado, para que llorando lo tomes en cuenta...

Cuanto duele la soledad de mi cuerpo, crujiendo en la piel esa sensible herida reabierta, que ni el espacio por tiempo de amar en tus brazos logró nunca cicatrizar por completo supurando ahora verdades tardías por desprecio que siempre me negué a creer rotundamente hasta de bocas extrañas por haberme enamorado ciegamente como solo se enamora sin dudarlo un hombre por el amor aunque sea un imposible de una bella mujer, teniendo en ocasiones cohibida a flor de labios la frase precisa que pudo ser vida consentida contra la almohada por confidente, esperando y esperando lo que jamás vi llegar, pero que por ti supe largamente aguardar al no saber, mentir...

Cuanto duele la soledad de mi cuerpo, asomado a la ventana del cuarto contando solitarias estrellas en el cielo, pidiendo mentalmente fijamente el mismo deseo al pasar una estrella fugaz, siguiéndola con la vista esperanzado hasta desaparecer por el desamor vivido de una ingrata dama que desvelando mis más íntimos pensamientos me hizo sufrir lo insufrible de soportar por un cuerpo castigado que agonizaba por carentes caricias de cama, mirándome, inconmovible con el rabillo de tus bellos ojos glaucos, retorciéndome y retorciéndome desnudo de cuerpo, alma, vida y corazón abierto, sin placer concedido en piel ajena y sin pronunciar palabra alguna.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 29072012 09:15 PM.