jose miguel hernandez l

EL PELIGRO DE LA EMOCION

 

El peligro de la emoción

Es algo que me ha llevado

A aventuras.

Que terminan en error.

 

Hace poco conocí

A una señora  muy activa

Que me hablo de las minas

De oro, más allá  del callao.

 

Me emocione, tanto.

Que le dije que a mí me gustaría

Tener ese tipo de aventura.

Enseguida  me dijo, que ella sabía el camino.

 

Sin pensarlo  me puse de acuerdo con María que así se llamaba

Para emprender el viaje  a ese lugar…, para mi desconocido.

Prepare las maletas…

Y me fui al terminal de pasajeros.

 

Llegamos al Callao

Compramos algunas cosas

Y continuamos el viaje.. Hasta que en un recodo

Del  camino María paro el autobús y nos bajamos…

Bajamos todos los bolsos, que eran bastante..

Menos mal que la señora llevaba un carrito, de esos para ir al mercado.

Caminamos como 5 horas…

 

Yo ya estaba cansado.  Para colmo faltando poco para llegar al rancho

Se desato un chaparrón de agua…

Por fin  divise el rancho, salieron unos perros a recibirnos

Todos estábamos emparamados…

 

María me dijo que me bañara y después tomara un café, bien negro

Así lo hice.  Me acosté en una hamaca y así me dormí..

Bien cansado….  A las 4 de la madrugada..  María empezó a tocar un hierro

Yo me desperté  y vi que de las sombras iban llegando… varios hombres…

 

Me tome un café y una arepa…

María  grito… vámonos…

En fila india fuimos saliendo del  rancho

Todos con un bolso a sus espaldas.

 

Caminamos, como 5 o 6 horas

Hasta que llegamos a un sitio

Como una montaña..  María me dio una pala y un pico

Y con voz áspera y tosca, me dijo.. Aquí para encontrar oro hay que trabajar duro…

 

Entramos a una cueva, y en la medida que entrabamos en ella, se iba poniendo

Más oscuro.  María me dijo… aquí yo he encontrado varias pepitas.

Saco dos linternas, de esas que se ponen en la frente

Las prendimos y vi con asombro, varias pepitas en el suelo.

 

 

Yo quise recogerlas, pero ella me dijo

Esas no valen nada.

Empezamos a sacar tierra

Y en ese lapso de tiempo, duramos como 4 horas.

 

Ya yo estaba cansado, me dolían los brazos

Me senté en el piso de la cueva

Alumbre hacia adelante

Y vi una piedra que brillaba.

 

Enseguida grite… oro… oro..

Cállate dijo María

Vamos a recoger esto que parece bastante

Y nos vamos…

 

Cuando salimos, vimos que nos estaban esperando.. Como 12 tipos

Mal encarado.

Dennos el oro  y si no se mueren.

María me dijo por señas que no les diera la bolsa con el oro

 

De pronto me dieron  un golpe en la espalda, caí al suelo, y siguieron dándonos patadas.

No sé cuánto tiempo duramos tendidos en el suelo.

Cuando desperté,  había un indio

Poniéndole a María paños con unas hojas en la frente.

 

Yo ya estaba decidido a no seguir

Le dije a María

Yo me voy

No sigo en esto…

 

No había terminado de hablar, cuando llegaron más malandros

A terminarnos de robar…. Esta vez se robaron todo….

Yo quede sin un centavo.

Ni siquiera el pasaje de regreso…

 

Entre en reflexión

Y me dije

A mí mismo

Que peligro es la emoción

 

Autor: Miguel Hernández Ledezma.