Dulce condena

Donde hemos quedado tu y yo

Donde hemos quedado tú y yo...

Tú aquel hombre impenetrable,

Buscando con orgullo, cuidado y afán mi mirada,

Con una sonrisa torcida al encontrarla,

Sin que nadie se percate de nuestro encuentro,

Nos miramos por una fracción de segundo convertido en eternidad,

Nuestros corazones latiendo al ritmo del silencio.

 

Yo aquella mujer orgullosa y extraña,

Que pedía a gritos que te acercaras,

Sin que mi boca pronunciara una palabra,

Temblando al sonido de tu voz,

Escuchando cada respiración,

Palpitando en mi interior tu dulce timidez,

Que a la vez me lanza al abismo de la noche más fría y glacial.

¿Cuánto tiempo te tomará entender que lejos uno del otro no podemos estar?

 

Que por más orgullo que haya en nuestros corazones,

Jamás dejaremos de pensar el uno al otro,

Que aún si la vida nos separa serás siempre el primero y el último,

Y que has marcado cada día de mi vida...estando aquí en mi corazón.