Dulce condena

Los recuerdos de esa cabaña

Mi corazón palpitante me decía que debía salir de ahí,

Recordar tantos detalles le hacía mal.


Esperando que con los años el lugar estuviera desgastado,

Como nuestro amor, me encontré de repente caminando y recorriendo

Cada senda en el que algunos días felices por un instante fuimos tú y yo.

 

Entre sonrisas y lágrimas me detuve frente a esa cabaña que tantos recuerdos guardaba.

Mi cuerpo temblaba al hacer memoria de esos días junto a ti, junto a tu familia, junto a mi familia, junto a nuestra familia, que en unos segundos ya no lo sería más.

 

Mi corazón comenzó a hacer memoria:

Tu sonrisa condescendiente, tu mirada cálida,

 tu alegría pegajosa, mi euforia, las caricias de tus manos,

 las aventuras, los celos infantiles, las miradas furtivas,  el sudor de tu cuerpo…

 

pero también guardaba el recuerdo que más me afectaba,

en esa cabaña terminó nuestra historia feliz,

una noche, el enojo cobró vida, la rebeldía tuvo lugar ese día,

un cuento para recordar se convirtió en algo que jamás podría superar.

 

Volví al lugar donde todo terminó,

Todo seguía como si no hubiera pasado el tiempo,

Mas ese lugar ya no podía ser nuestro.

 

Tomé un pequeña piedra deseando dejar ahí en ella todos mis malos recuerdos,

La lancé lejos, hacia aquella  cabaña, donde nunca pudiera encontrarla de nuevo,

Donde se pudiera quedar esa horrible historia,

Y dejara paso hacia una nueva vida.