Y aquí me tienes una vez más,
escribiéndote desde el fondo de mi alma;
preguntándome dónde estarás,
impaciente con la duda asaltando mi calma.
Yo siempre me acuerdo de ti
y me emociona que me mandes mensajitos,
cada noche antes de dormir miro al cielo
y recuerdo tu sonrisa, tu cabello y tus ojitos.
Déjame contarte, amiga mía, un secreto:
resulta que me gustas desde hace un tiempo,
cada que te miro me dejas sin aliento
y conviertes un instante en el más bello momento.
Si tú sientes lo mismo, guardaré el secreto,
dímelo a cuenta gotas… lento, muy lento:
cada palabra en voz bajita a mi oído;
deja quemar la emoción y que fluya el sentimiento.
Cada palabra en voz bajita a mi oído
y atrévete, mi niña, a contarme tus secretos.