YoKo

Estaciones

Soy ante sus ojos una niña, no obstante a sus oídos una mujer…

 

Hay un acuoso misterio en sus pasos,

que por huella deja aljófar sobre la tierra.

Es un racimo de aromas en el libido de su boca,

vive enganchado a su invierno marchito.

Sólo él sería amante del polvo que abandona el otoño,

un narciso sin espejo, un espejo sin reflejo.

Así es él, un joven noble entre pinturas disecadas

de la primavera que fue, cuando aún vivía.

 

Sólo yo podría amarle entre sus heridas,

en el tibio verano de sus ojos.

Con lágrimas de aire que remojan sus labios,

así es él, un Duque que estuvo enamorado.

 

 

Clavel Rojo

 

Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados.