Francisco Romero

Mi buen provecho

Lento se acercó a mi mesa con su esplendida sonrisa
en sus ojos le vi el menú de una pasión ya lascivia.
Y en aquel local lleno de adornos y sillas vacías
me sugirió los tres platos con caricias exquisitas.
Me sirvió como a marido con devoción infinita
un cocolón del ayer recalentado con su risa.
Un fricase con olvidos, par de pechos gratinados
con unos muslos al dente, revueltos en su pecado. 
Y unos glúteos dorados en su salsa de mil orgasmos,
flameados con sus gritos ,Di Cardinalle, Bocatto.
Un suculento banquete, de repituche obligado,
y una siestita, después, con un cigarrillo en la mano.
Aunque me doy por servido, yo nunca pago la cuenta,
de propina.. doy un beso, con un adiós en la puerta. 
Pero como siempre vuelvo al mismo lugar consabido
y me retiro temprano antes de que llegue el marido.
Fco xavier Romero Muñoz .