Paraguaya madre,
de simples palabras;
 que alineas voluntad
 cuando tus pechos nutren al que labra,
 y tu alma alimenta a la lealtad.
 
 Paraguaya hija,
con eslabon de oro;
 de historia enmedallada,
 presente ganado
 y futura realidad a elegir;
 que a un compañero tendrás
 aunque de lo suyo,
 solo lo del final del cordón tendras.
 
 Paraguaya hermana,
 de dos manos en cada mano;
 que lo suave es para ti,
 lo mismo que lo agrio;
 que yo hijo de paraguaya,
 hermano de paraguaya
 y amante de paraguaya
 no doy lugar a otras.