Oscar Perez

La pasión perenne

La pasión perenne

 

Yo contaba las baldosas mientras Cristo

en el Gólgota moría cada semana santa y menos santa,

los miserables hijos del reloj cortaban flores

y las echaban al camino como a un cerdo displicente.

Ardía la verdad entre semillas y sudarios,

pero el dolor no tuvo más bondad que huir del golpe,

la tierra se llenó de mercaderes de la herida,

la anestesia se instaló en los pabellones de la historia.

Un niño hoy me pregunta por los párpados del muerto,

desde entonces yo lo miro sin saber qué hacer con mi corona.

 

09 07 12