Jazmin Victoria

Por siempre

Las náyades tiemblan en su entrega divina,

su alma impoluta se amarga al son,

su entrega a la ruina, es un canto de miedo,

y mi llanto a tu sombra, un grito de amor.

 

Pasadas las horas me abraza la angustia,

el tiempo del luto no entiende el dolor,

te entierro en mi alma, marchita de sueños,

y en tí a mi esmero, en tí mi canción.

 

Mis letras se guardan, la voz de tu halago,

el tono falaz, de tu risa y tu amor,

en fuego tu nombre, trazado en mi alma,

por siempre querido, mi angustia serás.