mario horacio

MelancolĂ­a


Llegas a mí, dulce melancolía,

por el umbral de la feroz mañana,

donde mi ser a toda niebla hermana,

y toda lluvia me hace compañía.

 


El tiempo, que prolonga mi agonía,

en horas fugitivas se desgrana;

y, en sumiso anhelar, siempre temprana,

 esta tristeza implora la alegría.

 

 
Si en la noche, que aspira un nuevo día,

voy a regar lo que en su ausencia crece,

 siempre abonado con tu letanía;

 


Si de tu mano va su mano fría,

y si la soledad se te parece,

 suéltame el alma, que está vacía…