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46 Poema + 1 de Carlos Casagemas

 

 

 

 

 

46 Poema + 1

de Carlos Casagemas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dedicatoria:

Este catálogo de catacumbas fue escrito en el la primera quincena del mes de diciembre del 2011 para conmemorar su no 47 años de mi cuñado, Amigo, Hermano Mauricio Borgna. Este poemario nos es una ofrenda….

 

 

 

 

Agradecimiento: A mi esposa Lorena que sobrelleva mis letanías.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Prologo:

 

Una breve metáfora para decir que desde tu muerte todo ha cambiado por aquí…

Con La caída de Constantinopla se acaba la edad media en Europa y la caída del imperio romano de oriente. Con el tiempo se cortaron las rutas de negocios a China así el resto de Europa salieron a buscar nuevas rutas comerciales una de ella dio con América…

Llama la atención, estos poemas tiene otro ritmo distinto tienen rima a….muerte

Cementerios de piedras molidas han venido por ti por tu vida…solo pude reconstruir efímera resoluciones de vida en la muerte  obviamente que con discontinuados discursos…cuando se siente uno se adentra al espectro de realidad y en realidad son solo poemas como copas de vino a tomarnos en algún momento.

Es extraño; y ya deja de ser  el ser pero te he extrañado…

La profundidad de estos  poema; deja la introspección para ser arquitectura; toda una visualización de sentir la faena, y dentro de esta hipocóndrica  nostalgia sentir algo más que relación detenida de algo inmóvil en un recuerdo de tiempo cosechado...

Todo está relacionado contigo cada punto suspensivo es un recordatorio a cada suspiro en vida.

Mientras más lees, te adentraras  a un sentimiento; división del pensamiento, y entre sentimientos recordados; experimentaras la razón tatuada en poemas; combinando la realidad de cada letra leída con la razón de coronar el tiempo en eterno...  

La máquina incentiva  la garganta a gesticular la voz del recuerdo,  el trago amargo deja brotar la incierta y desordenada lluvia que renace de la tierra y en ella su vorágine que se cuela de tus ojos; y en un paralelo con tus dedos... y más cuando le pones un nombre diferente a la realidad y le dejas una surrealidad que pronto es más que lo acostumbrado de recordar –como te recuerdan todos-

Aún tienes de unos trabalenguas arraigados. La sensibilidad, es compleja pero real...

Aquí sólo la poesía se puede dar por  metáforas, para describirse por medio de dulce inspiración la apariencia del difunto.

La forma de mostrarlo fue  abstracta y clara al mismo tiempo, en la poesía se muestra dibujando al tiempo de verbos.

Recuerden, perpetúen, vinculen  que todo fue amor antes de convertirse en cenizas.

Me deje hipnotizar por las pasiones pretoritas  exalte las cuerdas los estado del tiempo

Sentí el cielo y consumí el fuego del infierno del Dante.

La enumeración de los poemas se debe a que son la edad del difunto (46) + 1 que debería haber cumplido.

Tal vez los recuerdos, aunque el número está dado por una vida escrita en alguna parte

Su  rostro se recuerda al ver las páginas contraídas en el libro que aún yace abierto, y aún se re lee cuando sé está en desvelo...más en estos  poemas la razón renuncia de tener razón cuando se logra esbozar un verso y en inmolación dibujar una huella.

Las metáforas son punzante; dolor- fuego que se bifurca, se contrae; y luego descarga, ante la llevadera forma de moldear la expresión en rincones resguardados.

Las células se chocan en parábolas al sentir la sensación de una expresión del interior al ver enloquecido al amor

 

Soledad palabra mágica de almas indomables

Las cenizas el vivo de la tinta de estos poemas.

Hablar del pasado; es como volver a revivir un lapso, aunque pareciera ser imperecedero es inmaterial...

 La añoranza fundida en la nostalgia de perecer sólo en una fotografía, sólo en un verso espiritual que cobra vida en la realidad ya pasada, ahora escrita.

 

Mientras una espantosa locura machaca y hace de cien millares de hombres una pila humeante -¡pobres muertos!....... Arthur Rimbaud

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

I

 

Desde el origen de los deseos a

la entelequia expiración.

Del  milagro de las estrellas a

la desaparición de mi humedad.

Que ella no me olvide…

El rio va a la inmensidad de la misma nada.

Un hombre corpulento

cava fosas en el camposanto

ruleta rusa una cruz lleva mi nombre.

Alquitrán de palabras

réquiem a la puesta del sol.

La toma de Santa Sofía

La coronación de los giros de luz

Fugaces palabras en el sitio  del amor

No te olvidaré.

Volcán coronado de hielo mortal

la cama desierta al despertad.

Sin piel, sin huesos ni  sombra.

No te olvidaré

Improvise fragmentos de la vida,

mi amor, también mi cielo cubierto.

De tus deseos y el tiempo

ahora todo es un acantilado

de reglas del tiempo.

Extranjero entre los verbos

sin padre como ellos

desenvolviendo mi muerte

entre el humo oxigenado

de breves relatos de muertos…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

II

 

Gesticulo y no sale

sonidos de mi bóveda acústica.

No pestañeo, resido en el rosal y sus espinas.

Quede cautivo en el umbral de la sangre.

Otro sol anuncia la armonía de

estar bajo el mantel de tus lágrimas…

 

 

III

 

Pertenecí a la era del acero forjado

a los versos de fuego estampado

en una estampilla encandilada.

Tu amor escalera a la hoguera

Hoy + hoy + hoy

estoy al costado de la vida,

soy mineral.

Hoy soy la escoria fría del amor.

Soy una estrella lejana titilando

por mostrar que aun existo.

Cualquier roca un día será fracción de duna.

Cualquier cuerpo un día será cenizas.

Todas las direcciones dan a ti.

Cada ruego dan en ti, en vida

en tiempo latente

en tiempo esquivo

en tiempo del tiempo

te pertenezco fuego.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

IV

 

Mi cuerpo ofrecido al tiempo.

Envuelto en la ternura de las luces encendidas.

Tu sombra al pasar por mí

engendra gestos con alma de guijarros.

Lanzas el grito… cae el sol.

Inerte, sin voz de protesta.

Ofrezco

mi silencio al oeste del silencio.

No protesto soy piedra.

No protesto estoy ausente del presente.

Envuelto en luz enceguecedora

relevada al último instante.

Soy la amplitud de la pregunta poblada.

Soy la respuesta secreta de la muerte viviente…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

V

 

Simplemente andar por la casa

en la lengua de otros, debajo del sol

por encima del mismo

los ojos del rimador iluminado.

Lanza una palabra incongruente

rehén en su próximo destino.

Una palabra a cambio de tu mundo

enlazada cruz reconvertida.

Tu elegante vestido hace mi sombra.

Las ideas rasan la simpleza del

segundo vencido acuartelado.

El poeta invierte en su andar

a cambio de ser naturalmente

desmenuzado a la vista.

Ha de nacerme el final, ha de crecerme

la rabia, ha de crujirme la carne

cuando sienta la sal tocar mis ojos.

Una buena señal, estoy muriendo

he de soportarlo en el secadero.

El final es continuo acceso a

la cava del amor; nacer, crecer,

vivir el esfuerzo, la prueba es que sudamos.

Mis uñas retienen mortales,

precarios ruegos lastimeros.

Quien ha de negar que la carne

tiene su olor característico.

Voy por el atajo tratando de

recortar mi sombra …ella doblo

por la abertura del comedor.

Moverme, sufrir, tener sed es algo

que no es de mi incumbencia

Una vez más descubrí que soy poesía

un disfraz de paraíso en tránsito

que no posee cuerpo, ni rayos.

A ella le debo mis verbos

 

 

 

 

 

VI

 

Miel – el olor a miel  magnitud de vendaval.

Opaco – finito cerrado – eterno – magnitud del verde.

Como ha de permanecer  el amor,

si mi luz no se refleja en tu luz…

 

VII

 

Mortalmente elaborada

mi saliva masticada

filtró entre mis labios

dieron palabras y

sombras agitadas

Del vertical solo queda

el horizontal

ya se expande el silencio...

 

 

VIII

 

Yo soy el polvo,

velos desiguales.

Soy un charco de aire en algún oasis.

Soy el que dio el salto.

Soy el que cruzo este mundo en 80 segundos.

falta ver… falta ver.

Faltaré ese día también…

 

 

 

 

 

 

 

 

IX

 

Me distraen estos muros oscurecidos

Soy el laberinto.

El que gobierna no se ha presentado.

Bajo el cielo libre discurren las aves

así fue siempre.

Pásame las orejeras

ya me lastima tanta oscuridad….

 

 

 

X

 

¿Que saben de mí?

Si tan solo deje ladrillos a la vista humana.

Memorias de versos sin rimas.

Resisto crujiendo la cama

en las noches sin mis noches.

Las fibras se rasgan,

se mueven los polos

distorsiono los cristales y

a tu amanecer me despojo

a desaparecer.

 

XI

 

Un poema desnudo grita

palabras cerradas.

Las piedras calcinadas y mis oídos

me siento mojado sin embargo

siento el vértigo de vivir aquí.

 

 

 

 

 

 

 

XII

 

Luminosa navaja, no basta

para desarticular las palabras

proferidas en la blanca espuma

de las hojas amarillentas...

Al final la tinta se detendrá

en el justo final abruptamente.

El deseo de querer justifica

estas desordenadas ideas

transcriptas aquí por un fantasma.

El corazón se ha derretido

con la caja exterior y no basta.

Imaginaba mi herida es

vivible, visible no duele

no sangro, no deletreo espero

un trozo de  brisa antes de saltar.

 

 

XIII

 

Comprimí mi sangre y revente,

decore mis miserias en la

extensa mesa servida.

Ese que juega a las cartas

expiando corderos me castro del

espacio, me abandono en el tiempo.

Mis restos ...mi mujer …si, ay de mi mujer.

La desesperanza es un cordel

de esperanza hasta la hora de

que él finalice su juego y

acabe con mis restos,,,,,

Mi mujer... Si, ay de mi mujer...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XIV

 

Recortando la pared,

en un sinfín colores en

movimiento; hombres con sed.

Viéndola venir

la palabra es proyectada

una frase es eyectada.

Las pulsiones de los crujientes cojinetes

adornan mis dedos en sufrimiento.

Figurar confusión en la cuarta dimensión.

Tensar los símbolos sin cruzar la vereda.

Diluyente razones cuando se espesa la pintura.

Me aparto y se vienen los gestos

las figuras representativas de

mi media humanidad resuelta  cenizas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XV

 

Oculto lejos del sol…tus ojos

Mi aliento no calienta mis dedos

etéreos preso de la ley de un

dios adormecido. Entretengo

mis horas extendidas cavando

mi propio cumulo de tragedia.

Avanzo un metro de ensueño.

Avanzo nada por nada

en este tiempo todo es nada.

No atesoro estremecimientos

soy espuma detenida en el

tiempo del mar…sin reflujos.

No envejezco, ni poseo pulso.

Retumba el eco perpetuo

de los transitorios  dolientes.

Le temo al agua es la única

que puede diluirme.

El mar se alza en olas y

yo no poseo más  yo.

Soy un símbolo del infinito

en mi particular infinito.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XVI

Escucho su temblor.

Resucito por segundos.

El mimo sitio,

el mismo calor.

Quizás fue el amor.

Quizás fue al amor.

El fuego cíclico

puso a sedar mis partes

El fuego…

Quizás fue el amor.

Quizá fue el amor.

Escucho los sonidos del tamiz,

mis contracciones mientras

el viento desfila esquivándome.

Caí al piso ante la luminosidad.

Ella guarda mis recetas

en el respaldar de

las rocas en alta mar.

 

XVII

Pesa la luna pesa grisácea,

verdolaga eterna mancha... mis pies.

Ella fuerza la tapa hacia abajo,

mi mano suspendida

apenas la nada roza.

Me pesa tu propio peso

cada poro de ella…

Siento o presiento  da lo mismo.

Una trompeta calándose figura

de perro al amanecer

cayéndose, callándote.

Pesa la luna, pesa en

mi soledad de trance.

 

 

 

 

XVIII

 

Privado del amanecer

la flecha desdoblada no dudo

resuelta me dejo sin forma,

sin sombra, sin nada que mostrar

en la espesura de este bosque

de almas sin poses.

He de develar en el eterno mañana

si podré vivir a oscuras de tu amor.

La ciudad se disfraza una vez más;

el cortejo da la señal,

vos sabes el suelo mojado arruga

mis pies deshilachados.

Te ríes y yo ajeno detrás de la cerca

cerca de ti y tan lejos de aquí.

Voy recordando tus piernas...

Voy recordando tus ojos y tu nariz.

La ciudad se dispara siento escalofríos.

Tus lagrimas dan la señal

Lloras y yo sin entidad de yo

ajeno detrás de ti.

Voy recordándote amor aun sin...organismo

Deje de ser un presagio

deje mi carne, deje mis huesos

deje todo menos el deseo de

amarte otro día más.

Hoy no soy nada mas///

Otra vez cenizas

vivo en la tinta de una poesía.

Privado de amanecer.

A tu costado más...sin conectividad.

Y llegó la hora de mi silencio,

las nubes se alejan de la luna

mostrándome vencido...

 

 

 

 

XIX

 

Hasta la carne posee

indiviso proceso poético.

La balanza no tiene voz

sin embargo dicta sentencia.

Un accidente paradisíaco

recorto mis horas y mi crepúsculo.

Conozco quien acarrea

el signo del escorpión.

Tal vez sea él quien

me inspeccione por estas horas.

El día no da tregua.

Quizás el corazón

sea parte del ritual.

Un juego de fuerzas

del destino y  el vértigo.

Paseo por el pasado y el futuro

el presente me es esquivo.

 

XX

 

Por los ríos navegan los vivos y

en suspensión desembarcan los sucumbidos.

Soy un retrato sin rostro,

sin fondo, sin cuenta

de intuiciones combadas

No tengo sed.

No tengo tacto.

El rio se abre al llegar al delta.

A un lado la vida

del otro lado

mi historia extinguida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XXI

 

Estoy en el perpetuo movimiento

de la nada. En esta quietud actual

soy molino sedentario

sin electricidad, ni viento lateral.

Me veras cuando

las tormentas de verano

asuman mi identidad.

Me veras

a lo lejos relampaguear

iluminaré en el vaivén

figuras desprevenidas.

Cuanto más he de quererte,

la eternidad no me detendrá

más allá de la eternidad.

Asumo la realidad estoy quieto,

seco en una caja sin humedad.

Esperanza de pócima

próxima tormenta de verano.

Pronto llegaré…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XXII

 

No hay paisajes

ni perfumes que husmear

en esta zona de volcanes

entumecidos esperando

por la savia perpetua.

No hay poemas con rimas.

No hay máscaras ni

impresiones que ocultar.

No hay mejillas,

ni ojos que embellecer.

No hay puertas

ni calles que recorrer.

Ni viento... que remolque

mis cenizas a ti.

 

XXIII

 

Fui leña en tu fuego

Fui combustión en la hoguera.

Fui cuchillo, césped, fruto del sueño.

Fui manos, pies y

alimento de tus mañanas.

Y hoy no hay más hoy.

Lo vivo es un adolorido verso

un poema sacrificado

en luna creciente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XXIV

 

No hui de ti

me eyectaron  de mi tiempo.

Cortaron mis fibras

Distorsión, caída y

me dio refugio la sal.

 

XXV

 

Las rocas en el rio se contraen.

Mis gritos se contraen,

mis ecos se contraen.

No hay secretos

solo relojes en un baúl

de efemérides sin recuerdos.

Tu disfrazada, yo disimulando;

la montañas erguidas

mañana partículas de sílice.

El mar y su oleaje

suspenderá la cuesta

nivelara nuestro amor.

 

XXVI

 

Heme aquí con demasiada paciencia.

Han pasado muchas horas

poseo una conciencia relativa.

Se han inventado los relojes

para torturar lo inventado.

Vean aquí donde nacen

estas palabras secas.

Hubo soles y derretimientos.

Hoy solemne

soy un grotesco gesto,

millones de relojes sin cuerdas.

 

 

XXVII

 

Dos nudos resisten

crujen al filtrarse.

Dos mundos rematan al remache.

No huyo, no me disfrazo.

Soy los dos polos.

Soy la herida del miedo.

Soy la herida del deseo.

Soy la herida del tiempo.

En mi jugaron

las fuerzas del movimiento.

 

 

 

XXVIII

 

Lugarteniente, cosaco en estas arenas grises.

Afuera seguro ha de nevar.

En la punta incandescente de mis ruegos

está tu imagen, tu garganta… mi transporte.

Tus lagrimas mi humedad.

Soy materia descompuesta.

Soy la decadencia de occidente.

Soy... fui, fui, fui.

Ya no lo soy.

Soy un personaje que vive en el papel

lugar común de los que agitan sus gargantas y

solo se mueven los dedos transcribiendo

palabras abucheadas.

Afuera seguro ha de nevar.

 

 

 

 

 

 

 

 

XXIX

 

La distancia produce crujidos.

La distancia produce ecos enfurecidos.

No soy humano, tampoco insecto.

Soy un grifo que gotea

murmuraciones al vacío…

 

XXX

 

Lo que ha vivido ha muerto

lo que ha muerto reciclado.

El viento balanceada

los cabello de mi amada.

Contra las cuerdas del tiempo

ella escucha zumbidos al rozar  la caja.

Ella hoy es mi cielo y

yo una estrella sofocada.

 

 

XXXI

 

Toda la madera la queme en nuestro amor.

Toda palabra amorosa paso por nuestras mandíbulas.

Todo barrote fue derretido.

Las galerías se encendieron a nuestro paso.

Fue nuestro el ruido del oleaje del mar.

El aroma del amanecer fue la palabra viva + allá.

Fue el árbol ingenuo + allá y dio sombra.

Masticamos cada palabra suelta

hasta que uno se convirtió en polvo.

 

 

 

 

 

 

 

 

XXXII

 

Mientras el espacio esparcido se multiplica

el tiempo   dobla concéntricamente.

Hablo sigo hablando,

escondo el resto de mi sombra

dentro de la estética del silencio.

Hasta que sobre el eco.

Hasta que dilapide el íntimo grito ritual tendré vida.

Los navíos hacen señas en los caminos quebrados;

en lo alto un destornillador quita los tornillos

que sostienen este cuadro desolador y amanece.

Hola árbol sientes mi espalda?

Pues yo no siento la brisa que mueven tus hojas.

A fondo una raíz tramita el pedido capilar

de tomar la humedad de donde sea.

Acostumbrándome a vivir en este tronco solitario

las palabras son descubiertas

ella aprieta, ella sostiene mi epitafio.

Acostumbrándome a vivir ahogado en el camino de las señas.

 

XXXIII

 

El tiempo rasa

la esquiva figura sometida.

¿Quien tendrá la certeza

de que sabor  será la primera estrella

que sale a poniente del día posterior a mi partida?

Tuve una escasa vida y una larga lista de recuerdos.

Tuve amor y urgencias que desatendí.

Tuve la certeza que fui poesía…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XXXIV

 

Ven a buscarme o

sacúdeme la órbita

donde habita mi nada inmortal.

Soy un descuido desganado,

soy un caldo de voces en

expuesta lejanía desnivelada.

El sueño mide mis días

mi cuerpo fue traicionado

todo lo que fui

ya no lo es.

 

 

 

 

XXXV

 

Privatizaron la espesura

aquí también tendré que

pagar tributo perdurable.

Me doy cuenta, me doy cuerda

me doy gestos confundidos.

Mi sombra no posee espesor.

Prospero en una margen

de esta espesura de nubes olvidadas…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XXXVI

 

Después de ti el universo.

Después de ti el silencio.

Aprendo a mirar el cielo mirando el cielo.

Entre carteles azules,

el viento estelar trae

a mi peces escarlatas.

Una marea invisible

la siguiente frase es intangible.

A sotavento las lombrices

poseen mis pies.

Gris eterno cordón umbilical

de esta vereda, pies descalzos

musgos en el mar.

Por delante el sol retrae mis uñas.

Después de ti tormenta.

Después de ti irracionalidad.

 

 

 

 

XXXVII

No adhieren los puntos

en mi interior sombreado.

Él separo mi cuerpo del espacio  y

también mi razón redundante.

Un mago saca de su galera una capsula

que detiene el  tiempo por varias eras.

Se detendrá este delirio?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XXXVIII

 

Locuras iluminadas pertenecen al cuadro, al alba sonrojada a las noches desesperadas. A la poesía enloquecida de un cuerpo  tenso.

Obsoletas imágenes para ser traza en el cuadro de las vanidades, ilusiones abandonan el virtual papiro. A estas horas soy abanderado del ensueño.

Soy la soledad abandonada en un eco de la madrugada.

Soy dos pies en el asfalto abierto.

Soy rasgos del mundo que me pario.

Todos pedimos piedad la hora de morir, otro ítem de este mundo.

Si alguna esquirla te fastidia puedes apagar el monitor.

 

 

 

XXXIX

 

Luz roja,

amenaza de muerte

añejados instintos.

El sonido de la herida expuesta,

el viento salado trae danzas sombrías.

Al mar mis palabras

mi espalda sin sujeto

ya nada me separa del abismo.

 

XL

 

Acurruco mis gestos

suaves resonancias

recrean mi soledad

en este paraje de señas

al aire los puentes

en ellas las distancias.

 

 

 

 

 

 

 

XLI

 

En el escenario

atrapado por sorpresa

apuesto lamidos atrapados

en el rigor de mi subasta.

Puertas y  flores secas

una escena fuera del plazo.

Un bostezo sostenido por alfileres

Eche al suelo las usuales monosílabas y

las cubrí con un denso polietileno negro.

 

 

 

 

XLII

 

Natural

pequeña bestia

materia viviente primitiva.

Montañas de océanos callados

encallados en un ahogo de margaritas.

Escribir, descuartizando las letras

de una equilatera palabra.

En la explanada

el peso de la brújula

deforma el norte.

Cualquier futuro

es el exilio.

 

 

 

 

 

 

 

 

XLIII

 

Abandone mi ambición

cuando la teoría del caos

do-mi-no  mi  cuer- po del-ga-do.

Donde están las milagreras de la carne.

A la hora del futuro

el tiempo se envuelve

de tus luces de

tu tenue luz..

Expuesto corazón calcinado

incierto de soles artificiales.

Soy tierra en el sitio,

soy silbido en el tiempo

de palabras transformadas

en aullidos recordatorios.

 

XLIV

 

De la sed

que ofrece el deliro

al asfalto desierto

de la nostalgia que

posee nombres, espadas filosas y

densos versos domésticos entrañables.

Muere quien deje de aullar...la la la

Muero al perderme

detrás de la luna nueva

lo imposible es una mirada.

Corazón teñido…

le di textura y color

para esconder

la razón arcaica

luz inicio del fuego.

Donde acurruca el verso?

Donde acurruca mi vida (perdida).?

Desde hoy antimateria.

 

 

 

 

XLV

 

En defensa

la inmensidad flota

en un arrebato fija raíces

de alegría brutal.

A mí las moscas no me molestan más.

De cemento… de madera…

Las tormentas de verano

hacen crujir

las bóvedas y mis parpados.

Abrazo la soberbia y

la copa de tus ojos.

Entre las piedras

se esconden los tubérculos

del nuevo amanecer.

Del amor al odio siempre

hay una primavera cerca.

Las imágenes viajan

se detienen en la nada y

ella es la aglutinante.

Lava que funde los designios

fabricantes de anillos estelares.

Entre relámpagos y

sus brillos colaterales

Una lagrima

vehemente tormenta.

Fue un amor la respuesta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XLVI

 

Ámame como las hojas

que arrastra el viento y

se reciclan en torno a ti ...a mí.

Ámame como el guerrero

que lustra sus armas.

Ámame como a la desesperanza

que vino después de mi huida.

Ámame  como al grito de socorro

al descubrirme flotando en el aire.

Pasa deja que pase

solo ámame en verde.

Soy la receta

la virgen poesía sin destino.

Un enigma vulcanizado y

Así ámame... pues yo te amo…

 

 

XLVII

 

La piedra es retirada.

La tierra muestra su concavidad.

Los gusanos ciegos

blancos por enmascaramiento.

Me contraigo

enciendo los cristales.

Comienza la quema,

la nieve traerá  revelaciones...