Diego Trujillo

Faros y Orillas

Seamos otros, llamémonos distinto.

Que igual los aromas no se alcanzan

Ni los latidos que vienen de la nada

Se hacen nada, porque nada han compartido.

Y así como algunos hacen

Esperando pacientes una eterna ausencia,

Sentados en la orilla que los aleja,

Y con triste luz de algún distante faro.

Hoy lo hago yo, esperando verte y no verte,

A través de un ratón, una pantalla y un teclado.

Hoy lo haces tú culpándome de lejos

Y yo sin equipaje ni barco.

Pero somos otros que acampando en las tinieblas

Sellaron sus noches con besos,

Los que cerraron la carpa y la boca

Y se escondieron callados, en una misma cobija.

Que mentira es creernos alcanzables

Si me basta intentar acercarme a tus nervios.

Y saber que a otros, unos cuantos otros,

No querrás imaginarles contigo en el firmamento.

No me culpes  por la distancia,

Que tan distante es tu paso a mi huella

 Ni me reproches una verdad vencida.

Lo mío, niña, no es la soledad ni las promesas.