Ma.Julia

Rutina

Rutina

 

Aquí estoy de pronto

en el silencio cómplice

que enreda la mañana

en mi ventana.

Y la caldera silva

y los platos me miran como sucios espejos

y los cubiertos relucen como espadas sangrientas

y la rutina diaria me avasalla.

Yo los miro con bronca y ellos también me miran

pero sin odio, mansos, pidiéndome cordura

porque debo lavarlos, ordenarlos.

 

Y entonces no los odio,

porque ellos significan,

que no se quiebre el milagro del día que  comienza.

Que se alargue y me lleve

a una tarde, serena como un pozo

donde se encienda la noche en plateados claveles

y me invite a una nueva mañana

donde sigue la vida pacible, cotidiana...

 

                                                               Ma. Julia.