Leandro Rodríguez Linárez

Intitulado CXXXVII

Cuando no te amaba regresaban a sus capullos las rosas, las lluvias eran con la sal más alta y fría, las banderas colgaban de sus astas como exhaustos trapos húmedos, todo era como el cuadro de un pintor desenterrado, el sol era una luciérnaga lejana. Cuando no te amaba mi sangre era costumbre, mis piernas inmóviles signos grises de interrogación, mis pies odiaban la paz, mis ojos se habían ido volando como aves enfurecidas con la tierra. Cuando no te amaba pisaba mi sombra, mis manos eran cementerios de caligrafía extraviada… pero las vocales de mi nombre buscaban tu boca, cuando aún no te amaba…

 

LRL

 

18-6-2012