Búscame, para amarnos
Búscame en un libro sin leer.
En una hoja que el viento se llevó,
en un amanecer que nunca llegó,
en una estrella sin resplandor,
en una esquina sin doblar,
en el ocaso del ayer,
y en el ahora del mañana,
en el despertar de una ilusión,
en las aguas de la lluvia,
en el espejo que te mira,
donde el suspiro se va,
donde el lecho me extraña,
donde no estoy y tu me sientes.
Quedé lejos de tu espacio y de tu sol,
cerca de mi alma donde está tu corazón.
Debajo de la nada yo te llamo,
dentro de tu alma vivo yo,
entré en ti: de tu florido huerto.
Te dejé mis besos y mi piel,
te dejé mi cuerpo verdecido,
sintiendo la sombra de tu árbol erguido.
En una noche me perdí.
Búscame y me encontrarás
en cada nube que en tu cielo está,
en cada paso que caminas,
en cada gota de lágrimas que caen.
Estaré escondida en tu regazo
sin tiempo ni espacio,
solo por sentir tu pecho tibio,
de tu amor soñado y esperado:
tan lejano como el cielo y tan cercano.
Búscame, si quieres amarme
o si quieres olvidarme, pero búscame.
Me encontraras en la poesía que te escribo,
en las letras de la canción que te dedico,
en la pluma que te escribe y te recuerda,
en la tela del lienzo del retrato.
Búscame, para quedarme en tus brazos
y besarte hasta el amanecer
en pétalos desnudos de caricias,
en noches sin terminar de amor,
en el olvido, que se fue por el río,
en la ausencia que se quedó en tu lecho,
en el amanecer de tu llegada,
en la suavidad de mis pechos erguidos
que se erizan al saberte cerca,
que me aferro al calor sin despedida,
que me quedo en la brisa de tu mar,
soy tu auxilio en tus mañanas frías,
tapándote con mi cuerpo tibio,
dejándote el éxtasis de mi desnudo.
Nos amamos: y siempre me encuentras.
Alicia Pérez Hernández
(No es la pluma la que escribe es el alma)