Diaz Valero Alejandro José

Los libros que no iban a la escuela 9/10

CAPÍTULO 9. La razón de no llevar los libros a la escuela


 

Al finalizar cada año escolar, la mamá de Arquímedes salía por todo el vecindario a ver cuáles de los hijos de los vecinos habían pasado de grado. Dicha información le daba la oportunidad de solicitar que le regalaran los textos que ya no necesitarían.

 

 Ir de casa en casa era una intensa labor, más aún con algunas variantes que se presentaban:

 

Por ejemplo, María había pasado al cuarto grado, pero su hermano Luís pasó a Tercero, así que dichos textos no podían ser regalados.

 

Otras veces reprobaban el año y tendrían que usar los mismos textos, por lo que tampoco podría contarse con ellos.

 

Afortunadamente había en el vecindario algunas familias con hijos únicos, que no tenían hermanos que heredaran libros, por lo que al ser promovidos de grado, la donación de los textos era automática. Es más, la mayoría de las veces cuando la mamá de Arquímedes llegaba a buscar  los libros, ya los padres de los niños los tenían apilados para facilitar la entrega.

 

Arquímedes esperaba en casa ansioso a su mamá con los “nuevos” textos que utilizaría el próximo grado.

 

A veces los recibía en perfecto estado, bien cuidados y hasta forrados. Pero otras veces los recibía hechos un desastre, con rayas por todas partes y hasta con hojas faltantes, a los cuales les hacía un trabajo de restauración, para intentar repararlos y darles una presencia digna de ser utilizados.

 

 

Libros de segunda mano

donados por caridad

los entregaba el vecindario

con cariño y humildad.


Continuará...