Hugo Emilio Ocanto

Solo con mis pensamientos...

Estoy sentado

sobre el piso

de mi biblioteca,

mirando antiguas

fotos.

Esta noche me siento

nostálgico.

Desganado.

Y con

una inmensa

tristeza...

que invade mi alma.

La brisa fresca

que entra por la

ventana abierta,

hacen volar

algunas de estas

fotos del pasado.

Acaricio algunas

de ellas. Me traen

recuerdos.

Recuerdos que nunca

volverán a suceder.

Me quedo pensando...

pensando...

Siempre que miro

fotografías siento

como si me faltase

aire.

Como si se me

detuviese el corazón.

Miro esta foto en la

que estamos

nosotros cuatro.

Tú, Almita, Leandro

y yo.

Ese día, en que

fuimos todos

tan felices.

Corríamos y jugábamos

en el campo.

Las tierras de mis

abuelos.

Arrancábamos

de la vid

su fruto.

Dulces uvas,

que mi padre

había plantado.

Al anochecer,

cuando volvíamos

a casa, el hermoso

día se transformó

en una tormentosa

noche.

Comenzó a llover.

Tú me sugeriste

que nos quedáramos

esa noche en la casa

de campo.

No quise hacerlo

porque a la mañana

siguiente debía

estar muy temprano

en el estudio.

Acuérdate que siempre

he sido un hombre

de palabra, y no

tenía otra alternativa.

Debía regresar.

Los niños estaban

asustados

por la inclemencia

del tiempo.

Conducía a alta

velocidad

mi coche.

Me pedías que

fuese más despacio...

No veía el momento

de llegar.

El cielo estaba

muy oscuro,

y la lluvia torrencial.

Apretaba el acelerador

hasta el fondo.

Estaba muy nervioso

y cansado después

de haber andado

todo el día

en ese inolvidable

fin de semana.

Estoy con

mis pensamientos...

Pensamientos

del pasado.

Cuán felices

éramos.

Culpable soy

de lo sucedido.

Pero no puedo

borrar de mi mente

aquella trágica

noche...

... Un camión se nos

cruzó en el camino

y chocamos.

Dos meses después,

al despertar,

los médicos

comenzaron a relatarme

lo sucedido. Estuve

dos meses en estado

de coma.

Debo cerrar la ventana

mis queridos.

Ahora estoy sintiendo

frío.

No los tengo más.

Mi imprudencia

me llevó

a quedarme sin

mi familia.

¿ Por qué Dios

no permitiste

que también yo

me fuese

de este mundo?

Espacios vacíos.

Años pasados.

Vejez. Angustia.

Soledad. Culpabilidad.

Y ahora yo, aquí,

solo con mis pensamientos...

Quisiera estar con ellos...

Reservados todos los derechos del autor( Hugo Emilio Ocanto- 12/06/2012)