El reloj de tu amor se detuvo,
el tiempo de amarte termino,
el día de tenerte en mis brazos,
cual polvo al viento, se esfumo.
¡Te quiero! Innumerable veces lo dije,
con el corazón en las manos, con la sinceridad
eterna con la que Dios ama a sus hijos,
mi esencia, intento perfumar tu corazón.
Las cartas del juego se han echado,
mi corazón ardiente, aún palpita por tu amor,
la indiferencia un día, fue la cuna de mi error,
dejando sueños, ilusiones y destrozado mi corazón.
Una caricia que nunca llego,
un beso, entregado al viento,
una abrazo tibio, el cual no se dio,
y un !te quiero!, que se silencio.
Errores juntos, a uno en por mayor,
fue un error idiota, lleno de temor,
y fue en aquella tarde junto a ti,
invadido mi ser de miedo...
En la que te perdí...
Carlos R. Barrera