Esto no puede ser solo un poema
pues ella esta aquí.
Estrecha como una flor y viva como un colibrí.
Como no encontrarla en mis palabras
si vuela por mis pensamientos,
como no encontrarla en los espacios de las letras,
así como la encontraba en mis brazos.
Fuerte y clamoroso,
y ella tan liviana.
Estrecha como una flor y viva como un colibrí.
Alimentándose de si misma
y alimentando al mundo que la rodea.
Hoy estoy hambriento
y ella tan distante.
Así como yo también es diáfana y fresca,
pero ella “está” solo está y el mundo gira.
Y yo con el mundo
voy tras ella.
Tan fresca, tan alada.
“Te amo” grito y ella contesta con miradas,
con blancas risas y va despojándose de prendas
para que pueda yo encontrarla después del juego,
después del hambre,
después de miradas,
de risas, de prendas
y claro
después de un poema.