Claire

CÓMPLICE OCTUBRE

 

Se me abren las puertas de los años

en la mirada del corazón.

Y cuando se pierde el alma  en calles nuevas,

desarmada queda la tarde

en la piel de un jueves.

 

Qué importa que el mes sea preciso,

qué importa que el tiempo solitario

quede estructurado entre las horas

si decide el viento

donde emigra el polen de tus manos.

 

Octubre es una palabra redonda.

Octubre es un sueño, así como la luz

entre las nubes.

 

(silencio)

Hablo desde la forma de mi ausencia

(silencio)

y hablo desde el rojo de mi idioma.

 

Ahora que el  paisaje está tan desordenado

y hallarte queda como sorprenderme.

 

Me asombra el murmullo del agua,

las palabras de vidrio escupidas en los ojos,

los niños invisibles,  

los pájaros muertos,  

tus labios en la ciudad

casi desnuda y mis

profecías de huracán rozando

una tristeza fugitiva.

 

Octubre rechaza las luces artificiales y

se viste con sábanas de arena

en esta vida de cafés, de trenes,

de fechas con abismos consentidos.

 

No contradigas mis contradicciones:

 

Octubre llegará, cómplice y mío.

 

En un mes anónimo,

en una hora ardiente y prometida,

ligero como el soplo de la luna,

directo como el rayo de este vuelo.