Angel irredento

Cartas desde el exilio

Mírame,
ahora que ya no vivo atropellando madrugadas
ni camino sobre el filo de tu sonrisa de hada

Y mírame,
ahora que no navego al Sur ni al Norte
y mis ojos no te buscan entre azules horizontes

Cuéntame
si has marcado nuevas metas
si tus mañanas se enredan
entre cuerdas de cometa

Y cuéntame
si alguien como yo te ama,
si te bajan las estrellas
y las cosen a tu almohada,
si te llevan en sus viajes
y te bañas en sus playas,
si te acarician el alma
a través de una mirada

Y recuérdame,
ahora que ha muerto el dilema
que nuestro amor es silencio
que eres carne de poema