EL ALMA
En un sitio especial, creí encontrar no sé qué,
escribí y luego me fui,
volví y hoy casi me voy.
Escribí nuevamente
y no encontré nada.
Volví a escribir,
entonces sí:
me alabaron,
me exaltaron,
me adoraron,
ascendí,
incrementé el ego
y luego
volví a caer.
Al finalizar el día
comprendí…
no encontré el alma
y entonces espiré.
CARLOS A. BADARACCO
5/6/12
(DERECHOS RESERVADOS)
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EL NONAGENARIO
Con la sutil presencia del hastío aprendí a vomitar penas,
reculé en mi angustia y me aleje de mis tiempos,
solté amarras con el presente; genuflexo,
comencé a rogar que se acercara el final,
sin embargo inmediatamente
comencé a divagar por un futuro incierto:
las arrugas desaparecieron,
las canas se esfumaron,
los dolores cesaron,
la presión arterial se normalizó,
huyeron las cefaleas,
se mejoró mi apariencia,
pude escribir con seguridad,
la visión se hizo clara y nítida
y la vida se encendió en mil colores,
no había tiempo para errores
y cuando creí tener nuevamente la juventud
me encontré cansado.
CARLOS A. BADARACCO
5/6/12
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NO SOY
Un látigo,
una cruz en mi pecho
han puesto los dinosaurios.
Ellos no están,
se han ido
y yo he quedado
sujeto
a un monstruo
sin forma,
azotado.
Dos cruces
otra vez en mi pecho
han puesto
otros dinosaurios.
Están,
pero no son,
se han pervertido
en las ciénagas
del pecado
y yo sigo quedando
sujeto
a un monstruo
sin forma,
azotado.
Tres cruces
y yo sigo siendo un
“no soy”
que se ha perdido
en la vida.
CARLOS A. BADARACCO
5/6/12
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