Alma al aire

Odisea Mundial (Parte III)

 

En mi paso por Italia 

conocí a mis familiares

y tras unas cuantas grappas

nos contamos novedades,

me hice un pasaporte trucho

gracias a un tal Corleone

y para Francia me fui

sin mediar explicaciones.

Ahh...! la Torre Eiffel

me recordaba cuanto te quiero,

hasta que te encontré una ex...

pero de eso me encargo luego,

así que proseguí camino

e hice escala en Suiza,

me gasté en chocolate

lo que no tengo de VISA.

Terminé de polizonte

en un tren hacia Alemania,

me descubrieron más rápido

de lo que se pronuncia "Ucrania"

y en dialecto inentendible

me preguntaron de dónde soy

y me enviaron para España

por hablar en español.

Ay, ahora qué faltaba?!

lo siento mi amor,

por desviarme en chocolate

en vez de pensar en vos,

terminé de clandestina

en el medio de Madrid

y ni un jamoncito

me dejaron consumir.

Una noche mis parientes

por parte de mi madre

asaltaron la embajada 

y yo pude liberarme,

me mandaron con 100 euros

a seguir pa´Gibraltar

y cruzando poca agua

fui a Marruecos, a Rabat.

Menos mal que con mi suerte

no fui a parar a Libia,

al tercer intento

siempre alguien te asesina,

crucé el Sahara en dromedario,

pa´camello no me daba,

de nuevo con mercaderes

un desierto atravesaba.

Por las noches te extrañaba

en el frío de la arena

mirando las estrellas 

suspiraba cada pena,

con el calor del día

lo que más extrañaba

eran mis lentes de sol

que conmigo no llevaba.

Así anduve meses

quién sabe por qué lugar

hasta que llegamos a un oasis

que no tenía final,

se hacía selva espesa

y reí de felicidad,

me acercaba al África negra

donde te podría encontrar...

 

                                         CONTINUARÁ...