Alejandro

Cuentagotas

Camino y recorro,

entre ramas, vigas, garras,

infinitos lechos sin nombre

con huellas de pecados, sin hombre,

un estertóreo sonido que sofoca,

que me ahoga y levanta

que me silencia y me mata.

 

Mas aún no ha habido

cielo que me tiente

ni blasfemia que me convenza,

no ha habido reloj que no me ate

ni zapato que no desate,

no ha habido gloria ni trono

no ha habido reina ni corazones

ni la luna se ha puesto en día

aunque le he dado razones

para brillar en mi collar de piedras

de tantas duras ilusiones.

 

He visto tenue luz filtrada

por debajo de las puertas,

queda y fugaz, desiluminada,

y bastase un ínfimo reflejo

para encandilarme la palabra.