Mariano Miranda

Fingimos tantas cosas

Fingimos que enamorarse sería 
no equivocarnos. Fingimos 
que fingíamos no saberlo. 
Se fugaron nuestros sueños 
hemos vuelto a equivocarnos. 

Fingimos los atardeceres, 
eran días diferentes, llenos 
de nostalgias, ignorábamos
nuestros ojos, olvidamos 
nuestras palabras, fingimos.

Se fugaron nuestras manos, 
mientras que en cada esquina 
dejamos promesas y besos, 
disueltos en agua. 

El cielo a veces es confuso 
y también las calles, pero 
más confusos aún los ruidos, 
los instantes, la gente, 
los silencios que escuchan, 
las paredes que hablan 
y nuestros labios callados.