gammon

La voz de tu mirada

Si de tus ojos salen las palabras que esculpen mi rostro,

si de mi sed infinita son tus labios los que beben,

como cada noche cuando voy a visitar a mis muertos
y el sol estira sus rayos hasta devolverme vivo,
vestiré de luna y seré el tiempo que tus brazos guardan en la noche. 


Mis labios no conocen mi voz,
pero tu piel sigue cayendo de ellos
en las noches que me habitas. 


Véndeme tu sonrisa,
que voy a hipotecar mi corazón de por vida
y no habrá más deuda con las sombras,
porque esta vez, las sombras trabajan para mí. 

 

Dame el pétalo de cristal caído de la lluvia de tu boca,
dame la mano que pinta las alas de la noche,
así te quiero, deshojada en mi cama
con las letras húmedas y los acentos cambiados,
así te llamo, desde mi hogar pentagramado
donde la nota más alta se estremece en tu presencia.

  

Un arco iris entre nuestras bocas
hace del índigo nuestra voz,
solo una estación del año no me reconoce.

 

Tú, mi panteísmo, mi universo de versos,
cada noche te escucho conversar con mi destino,
mientras las antorchas se queman
en los brazos de las luciérnagas,
que envuelven en un manto de amor
el único amanecer posible.