Eduardo.

Un adiós

Salmo 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehovah moraré por días sin fin.

 

Es un tiempo de profunda tristeza,
Donde la única salida pareciera simplemente llorar.
A mis lagrimas no encuentro final
Y mis reproches hacia ti, son mi única forma de orar.

 

En estos momentos las palabras sobran
Pero es solo tu palabra lo que me hará seguir
Lo que me hará dejar de sufrir

 

Vengo a pedirte, a suplicarte, vengo a orar por mi respuesta.
Tu perdiste a tu hijo y entiendes mi sufrir, tu entiendes mi sentir.
Sentir que lo que amas te a sido arrebatado.
Sentir que el mundo se a equivocado.

 

Estoy desesperado y creo no soportare,
Mi fe se derrumba es en este momento donde mas necesito tu poder

 

Imploro sentir tu cariño 
Y me des la comprensión
Para aceptar tu voluntad 
Y aceptar que alla estará mejor.

 

Imploro me des valor
Para mirar de frente a los que la aman y comparten  mi dolor.
Dales la paz que hoy a ella le has regalado.


Imploro me des valor
Para hacer de los recuerdos sonrisas y dejar de llorar
Valor para dejar los reproches y comenzar a orar.
Para entender que no me la quitaste
Para sentir que la entregue

 

Te imploro señor alimenta mi fe...


Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. No habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas ya pasaron.