ciscosol

HISTORIAS DE UN ESPEJO (3)

Brilla el sol de mayo, linda estación por estos lares; a un golpe de vista, cruzando las plateadas aguas donde se juntan el Guadalquivir con las cálidas corrientes marinas, se divisa la bella Reserva Natural de Doñana.

Ella ha creado un divertido juego en la arena, para disfrutarlo con su pequeño nieto. Él como un lindo duendecillo de piel marfil, corre de un lado a otro emocionado, el Sol cómplice destella amorosos reflejos dorados en su cabecita.

Aunque el agua aún está fría, sus pequeños pies se mojan en busca de algas y caracoles…

Ay!!! Algo me ha hecho cosquillitas, Uy!!! Es un pequeño cangrejito.

-Abuela, abuela, déjalo ir con su familia (lindo corazón)

A  salvo de la fuerte brisa que levanta la arena, está la princesita, a buen recaudo con mamá, pronto podrá participar del juego, sólo faltan seis meses para el primer añito.

Entre ceremonias para lograr superpoderes de Plantas y Zombis, la abuela va regando gotas de su amor inmenso sobre el juego que han dibujado en la arena.

Pero… ¿cómo? ¡Los demás miembros de la familia se han incorporado a la diversión!

Sus ojitos azules se confunden con el cielo y el mar, en inmensa expresión de felicidad.

El sol comienza a bajar en el horizonte y la espuma del mar amenaza con borrar nuestra obra en la arena.

Allá al otro lado del Atlántico ahora es mediodía, en las blancas arenas, otros niños juegan con sus abuelas, si te quedas calladito podrás escuchar sus risas, igual a la tuya...felices.

Un día más el esposo desliza su brazo en señal de ayuda, ella agradece el regalo y camina…

Llena de vida.