Diaz Valero Alejandro José

Habilidosa negociante (Humor)

Ayer arreglé compromiso

con una chica muy decente

y su madre de una vez quiso

que no quedara nada pendiente,

pues me dijo seriamente

que en materia de visita

debía ser muy correcto;

nada de apapachos ni besos

solo conversa y sonrisas.

y para que duda no exista

en eso de conservar el honor

pondrán como celadora precisa

A mi cuñadita menor.

Ella sentadita entre los dos

sería testigo de la compostura

y cualquier exceso de ternura

hará su reporte de ocasión,

y así con soberana restricción

comencé mi diaria visita

negociando con la niñita

que si ella dormida se queda

cuando esté entre los dos sentada

yo le daré una moneda

cada vez que bese a su hermana.

Ella aceptó con picardía

ese negocio propuesto

y me dijo que con el precio

llenaría pronto su alcancía.

Y vaya que razón tenía

fueron tantos los besos

que su capital iba en ascenso

a costa de la quiebra mía.

Así que cambié la filosofía

a fin de mantener mi solvencia

dando besos muy extensos

que hicieran menos la frecuencia;

y la niña en su experiencia

como toda una bandida

me dijo muy decidida:

El negocio no era éste,

y se lo digo de frente

que  el contrato lo interrumpo

si no me pagas con billetes

esos besos tan profundos.

Y yo, haciendo uso del murmullo,

le dije con mucho recato

señorita, acepto el trato

para algo soy cuñado suyo.


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