Eru

Jamás lo hallé

Dime, ave querida, ¿si es que es en vano buscar la pasión?
dime, avecilla, ¿en dónde encuentro al amor?

Lo busqué debajo de una roca, y ella sólo se enojó:
—Tonterías, mi niña, que no existe el amor —Fue lo que la roca exclamó.

Indagué por los mares, pero no recibí una grata bienvenida.
—No encontrarás nada aquí —Me aseguró la perla advenida.

Me aventuré por los bosques,
y encontré una paloma,
sujetando en su pico una bella rosa.

Creí que andaba perdida, vagando por la nada,
pero descubrí que no era eso para nada.
Pues ella andaba en busca del amor.

Ninguna de las los lo encontró,
ni en los mares, ni el cielo
ni si quiera en el fondo del corazón.